Reduccción del tamaño de la clase
Impacto moderado, Costo alto, Evidencia moderada
Reduccción del tamaño de la clase
A medida que el tamaño de una clase o un grupo de aprendizaje se hace más pequeño, se sugiere que aumentará la gama de estrategias de intervención que un profesor puede emplear, así como también la atención que recibirá cada estudiante, mejorando de esa manera sus aprendizajes.
¿Cuán efectiva es la intervención?
Reducir el tamaño de la clase parece resultar, en promedio, en 3 meses adicionales de progreso. Intuitivamente, parece obvio que la reducción del número de estudiantes por clase producirá una mejora en la calidad de la enseñanza y del aprendizaje, por ejemplo, mediante el aumento de retroalimentación formativa de alta calidad o la atención individualizada que reciben los estudiantes. Sin embargo, en general la evidencia no muestra efectos particularmente grandes o claros, hasta que el tamaño de la clase se reduce sustancialmente, esto es a menos de 20 o incluso por debajo de los 15 alumnos. Parece ser muy difícil conseguir mejoras con reducciones cuando están por sobre los 20 estudiantes, por ejemplo al pasar de 30 a 25.
La cuestión determinante parece radicar en si la reducción es suficientemente grande como para permitir al profesor cambiar su método de enseñanza al trabajar con una clase más pequeña y si, como resultado, los estudiantes cambian sus comportamientos de aprendizaje. Si no se produce ningún cambio, entonces, quizás no sea sorprendente que no haya ninguna mejora en el aprendizaje. Cuando un cambio en el método de enseñanza se acompaña con una reducción del tamaño de la clase (lo que parece difícil lograr hasta que las clases tengan menos que aproximadamente 20 alumnos), se pueden identificar beneficios en el logro académico, además de mejoras en el comportamiento y actitudes. En algunos estudios, estos beneficios persisten durante varios años (desde el inicio de primaria hasta el final del ciclo.
Existe algo de evidencia que indica que reducir el tamaño de las clases sea probablemente más eficaz cuando esta reducción es acompañada por desarrollo profesional para que los profesores desarrollen habilidades y estrategias de intervención. Existe también evidencia que sugiere que efectos ligeramente mayores se han documentado para estudiantes muy jóvenes, de menor rendimiento académico y de nivel socioeconómico más bajo.
Las clases más pequeñas también pueden proporcionar más oportunidades para que los profesores desarrollen nuevas habilidades y enfoques.
Evidencia en América Latina:
La evidencia existente en la región parece mostrar una asociación positiva entre la reducción del tamaño de las clases con los resultados de los aprendizajes de los estudiantes. Por ejemplo, un estudio realizado en Colombia, sugiere que un número reducido de estudiantes en una clase de idioma puede crear un ambiente de aprendizaje más apropiado, ya que facilita la interacción entre los estudiantes, su constante comunicación en el idioma que están aprendiendo, y también permite al docente proporcionar retroalimentación sobre el desempeño de los estudiantes en las diferentes actividades implementadas.
Otro estudio realizado en Costa Rica muestra que existe una relación positiva a medida que el tamaño de la clase disminuye con la mejora en los procesos de aprendizaje.
Se requiere más investigación en la región sobre los efectos de la reducción del tamaño de clase en los aprendizajes. Es difícil establecer afirmaciones causales basadas en la evidencia limitada existente. En este sentido, las escuelas que implementan una estrategia como esta deben ser cautelosas en cuanto a cómo hacer la inversión de tiempo o recursos para reducir el tamaño de las clases, especialmente porque la evidencia internacional sugiere que pequeños cambios en el tamaño de las clases son caros y no efectivos.
¿Cuán segura es la evidencia?
Hay una serie de cuestiones a considerar en la interpretación de la evidencia sobre el tamaño de las clases, debido a que muchos países o escuelas ya enseñan a los estudiantes de bajo rendimiento académico en grupos más pequeños. En general, existen hallazgos relativamente consistentes en donde las clases más pequeñas se asocian a un logro ligeramente más alto (cuando se controlan otros factores) y cuando el tamaño de las clases se ha reducido deliberadamente en evaluaciones experimentales.
La evidencia más sólida viene de la investigación en escuelas primarias en los EE.UU. donde los beneficios parecen sostenerse de 3 a 4 años en las clases que se reducen por debajo de los 18 estudiantes. Existe evidencia que estudiantes de zonas desfavorecidas del Reino Unido se benefician de clases con menos de 20 estudiantes en las escuelas primarias.
¿Cuál es el costo?
Reducir el tamaño de las clases a un nivel en que el beneficio sea significativo es probablemente caro. La evidencia sugiere que las clases típicas tendrían que ser reducidas a entre 15 y 20 alumnos. El costo adicional sería duplicar el número de profesores de dividir una clase de 30 alumnos en dos clases de 15 alumnos. Esto no considera el costo de aulas adicionales. En general, los costos se estiman como altos.
¿Qué debería considerar?
Antes de implementar esta estrategia en su escuela o espacio educativo, considere lo siguiente:
Es poco probable que las reducciones pequeñas (por ejemplo, de 30 a 25 estudiantes) sean costo-efectivas en relación con otras estrategias.
Reducir el tamaño de las clases para los niños más pequeños puede proporcionar beneficios a largo plazo.
Las clases más pequeñas sólo tienen un impacto en el aprendizaje si el número al que se reduce una clase, permite a los profesores enseñar de manera diferente. ¿Ha considerado cómo ajustará sus estrategias de enseñanza y qué desarrollo profesional se necesitará?
Es probable que las mejoras obtenidas a partir de clases más pequeñas resulten de la mayor flexibilidad para organizar a los estudiantes y de la calidad y la cantidad de retroalimentación formativa que reciben los estudiantes. ¿Ha considerado cómo organizará el aprendizaje en clases más pequeñas y cómo mejorará la retroalimentación para sus estudiantes?
Como alternativa para reducir el número de estudiantes por clase ¿ha pensado en utilizar más profesores (incluyendo profesores ayudantes/auxiliares) de modo que los profesores puedan trabajar más intensamente con grupos más pequeños?
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(*)Síntesis elaborada por SUMMA a partir de la revisión sistemática de investigaciones académicas realizadas en la región.