Escuelas de verano |

Escuelas de verano

Las escuelas de verano son clases o lecciones proporcionadas durante las vacaciones de verano y son concebidas, a menudo, como programas de recuperación de clases. Usualmente son diseñadas como programas de recuperación, aunque algunas escuelas de verano carecen de un enfoque académico y se concentran en deportes o en otras actividades (no académicas). Otras pueden tener un objetivo específico, tales como apoyar a estudiantes en su transición académica de enseñanza primaria a secundaria o preparar a estudiantes de alto rendimiento para las universidades.

¿Cuán efectiva es la intervención?

La evidencia, en promedio, sugiere que los estudiantes que asisten a escuelas de verano pueden progresar aproximadamente dos meses adicionales de aprendizaje, en comparación con estudiantes similares que no asisten a éstas.

Se pueden lograr aún mayores impactos (hasta cuatro meses adicionales de aprendizaje) cuando las escuelas de verano son intensivas, abundantes en recursos e involucran pequeños grupos de enseñanza con profesores capacitados y con experiencia. En contraste, las escuelas de verano que no poseen un claro componente académico no están comúnmente asociadas al progreso en el aprendizaje. Otras variables, tales como si el profesor es profesor habitual del estudiante, parecen, en promedio, marcar menos diferencia.

Evidencia en América Latina:

Existe poca evidencia en la región sobre el impacto de las escuelas de verano en los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, la evidencia existente muestra una relación positiva entre este tipo de prácticas y el desempeño académico. Por ejemplo, un estudio cuasi-experimental desarrollado en México con estudiantes de bajo rendimiento académico, muestra que los estudiantes mejoraron significativamente sus habilidades de producción de textos después de asistir a una escuela de verano.

Asimismo, es posible observar una relación positiva de las escuelas de verano con otros aspectos de la vida de los estudiantes. Por ejemplo, un estudio realizado en Costa Rica evalúa el efecto de las escuelas de verano en la disposición de los estudiantes hacia hábitos de vida más saludables, concluyendo que después de asistir a la escuela de verano los estudiantes eran más entusiastas que antes en cuanto a la participación en actividades físicas. Se necesita más investigación en la región para establecer una relación más concluyente entre la asistencia a escuelas de verano y los resultados de aprendizaje de los estudiantes.

¿Cuán segura es la evidencia?

En general, la cantidad de evidencia relacionada con las escuelas de verano es exhaustiva. Hay una serie de meta-análisis que detectan en forma consistente pequeños efectos promedio. Los estudios incluyen a estudiantes en edades de enseñanza primaria y secundaria y se centran principalmente en la lectura y la escritura. Algunos estudios indican que los beneficios son mayores para los estudiantes desaventajados, sin embargo, estos resultados no son consistentes.

¿Cuál es el costo?

En general, los costos se estiman altos. Los costos incluyen el empleo de profesores para la duración de la escuela de verano, la contratación de un lugar y el suministro de recursos (libros, fotocopias, etc.)

¿Qué debería considerar?

Antes de implementar esta estrategia en su escuela o espacio educativo, considere lo siguiente:

Las escuelas de verano que apuntan a mejorar las necesidades de aprendizaje requieren un componente académico. ¿Su escuela de verano incluye un componente de aprendizaje intensivo (clases de grupos pequeños o individuales)?
Las escuelas de verano son relativamente costosas. ¿Ha considerado entregar una estrategia de intervención alternativa durante el año escolar? Esto podría otorgar beneficios similares por un costo inferior.
Mantener una alta asistencia en las escuelas de verano puede representar un desafío. Si usted está dirigiendo una escuela de verano ¿qué pasos podría dar para involucrar a los estudiantes y sus familias?