Casi un tercio de la población de la India sigue viviendo por debajo de la línea de pobreza y una gran proporción de la población pobre vive en zonas rurales. Las principales causas de pobreza en estas zonas son la falta de acceso a activos productivos, a recursos financieros y otros servicios tales como salud y educación. Al respecto, cabe mencionar que el número de analfabetos en el país se ha mantenido estable desde los años ochenta, fluctuando entre 250 y 270 millones de personas. Entre la población juvenil, el mismo número se redujo drásticamente desde los noventa (desde 64.5 millones de personas hasta 25 millones en 2015) aunque un 30% de los jóvenes de 15-29 años de edad no asistieron a la educación formal. La mayoría de ellos se desempeña en empleos informales del sector agrícola o de los servicios básicos, los cuales se caracterizan por bajos ingresos e inestabilidad.

Entre los años 2001 y 2004, Innovations for Poverty Action (IPA) ha dirigido una evaluación experimental del programa Balsakhi con el fin de determinar su capacidad de crear un cambio positivo en el desempeño de los alumnos de primaria. Para ello, se seleccionaron 10.138 alumnos participantes del programa en Vadodara, en el primer año del estudio, mientras que en el segundo año, fueron 12.345. El primer año, la mitad (grupo A) recibió la intervención en 3° básico.; y en paralelo, la otra mitad (grupo B) recibió un tutor en 4° básico.

Adicionalmente, se seleccionó otras escuelas que no participaban del programa, como grupo de control (C). El segundo año, se cambió la intervención del grupo A y B. La comparación de los resultados de los grupos A y B con los del grupo C, demostraron un incremento de 0.6 desviaciones estándar, tanto en matemáticas como en la prueba de lectura. Al comparar los resultados en promedio del grupo A con los del grupo B, se encontró un mayor resultado en el segundo año (0.28 desviación estándar contra 0.14). Esto supone que el programa tiene mayor impacto al intervenir primero en 3° básico.

Un año después de haber dejado el programa, los niños aún manifestaron mayores capacidades en comparación con aquellos que participaron de la iniciativa (0.1 desviación estándar). Dados los bajos costos del programa, que básicamente corresponden al salario de los tutores (US$ 10 a 15 al mes; US$ 2.25 por niño al año), el programa tiene alta capacidad de replicarse en otras zonas. Además, ofrece un sistema atractivo para mujeres vulnerables que viven en comunidades cercanas.

Gráficos: Impacto medido en desviaciones estándar del grupo de intervención en comparación al grupo de control.