Estilos de aprendizaje
Bajo impacto, Muy bajo costo, Evidencia limitada
Estilos de aprendizaje
La idea subyacente a los estilos de aprendizaje es que cada individuo tiene una estrategia particular o estilo de aprendizaje. La teoría indica que el aprendizaje será más eficaz o eficiente si los estudiantes aprenden usando el estilo o estrategia específica que se ha identificado como su propio estilo de aprendizaje. Por ejemplo, estudiantes categorizados como poseedores de un estilo de aprendizaje "auditivo", podrían aprender más a través de la narración y la discusión y menos por medio de ejercicios tradicionales basados en la escritura.
¿Cuán efectiva es la intervención?
Existe evidencia muy limitada de que algún conjunto coherente de "estilos" de aprendizaje pueda utilizarse confiablemente para identificar diferencias reales en las necesidades de aprendizaje de estudiantes jóvenes. Además, la evidencia sugiere que es poco útil clasificar a los estudiantes en grupos o categorías en base a un supuesto estilo de aprendizaje.
En general, la evidencia muestra un impacto promedio de 2 meses de aprendizaje para las intervenciones orientadas por la teoría de los estilos de aprendizaje. Sin embargo, dada la escasa evidencia sobre la existencia de "estilos de aprendizaje", es razonable concluir que estos logros pueden ser el resultado de que los estudiantes asuman la responsabilidad de su propio aprendizaje (ver Metacognición y autorregulación) o que los profesores estén utilizando una gama más amplia de actividades para enseñar el mismo contenido, en lugar que se trate del resultado de diferentes estilos de aprendizaje.
Las preferencias de aprendizaje efectivamente cambian en diferentes situaciones y con el tiempo, y existe alguna evidencia de que la preferencia cognitiva y el tipo de tarea pueden estar relacionados (por ejemplo, la visualización es particularmente valiosa para algunas áreas de matemáticas). Sin embargo, los estudios en los que las actividades de enseñanza están dirigidas a determinados estudiantes basado en un "estilo de aprendizaje" identificado, no han demostrado convincentemente ningún beneficio importante, en particular para estudiantes de bajo rendimiento.
La falta de impacto de los estilos de aprendizaje ha sido documentada en todas las etapas de la educación, pero es particularmente importante no etiquetar a los estudiantes en edad primaria y que no crean que su falta de éxito se deba a su estilo de aprendizaje. Los impactos documentados son generalmente bajos o negativos.
Evidencia en América Latina:
La mayor parte de la investigación en América Latina sobre estilos de aprendizaje es descriptiva y correlacional. Los estudios tienden a investigar qué tipo de estilo de aprendizaje predomina entre los estudiantes y las formas en que estos estilos están relacionados con los antecedentes socioeconómicos del estudiante y otras características, como es la capacidad de procesar información.
La evidencia sobre resultados del aprendizaje no muestra una clara asociación entre los diferentes estilos de aprendizaje y el rendimiento. También se observa que la categorización propuesta de estilos de aprendizaje es difícil de encontrar en la investigación empírica. Un estudio realizado en México investigó si había un predominio de ciertos estilos entre los estudiantes con un mejor desempeño académico en lenguaje y matemáticas, y concluyó que no existía una clara asociación. Otra investigación realizada en Colombia encontró que la relación entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico es débil y que esta tiende a diferir entre los diferentes grupos socioeconómicos.
De acuerdo a la investigación existente en América Latina, es difícil establecer que los estilos de aprendizaje están asociados con el desempeño académico. Por lo tanto, las intervenciones basadas en este enfoque tienen que considerar la evidencia insuficiente sobre el impacto que tienen los estilos de aprendizaje en los resultados académicos.
¿Cuán segura es la evidencia?
El panorama general es consistente, aunque la investigación rigurosa es limitada. La evidencia de la falta de impacto (y en algunos casos el efecto perjudicial) de las estrategias de intervención basadas en estilos de aprendizaje, se ha demostrado en numerosos estudios. La falta de validez y confiabilidad de los tests de estilos de aprendizaje también ha sido el centro de una serie de revisiones.
¿Cuál es el costo?
Los costos son muy bajos, pero usualmente implican una gran variedad de materiales de enseñanza. Sin embargo, algunos de los tests para evaluar estilos de aprendizaje hay que comprarlos. Dada la falta de evidencia que existe sobre los estilos de aprendizaje, hay que estar conscientes de las limitaciones de estos.
¿Qué debería considerar?
Antes de implementar esta estrategia en su escuela o espacio educativo, considere lo siguiente:
Es muy poco probable que los estudiantes tengan un único estilo de aprendizaje, por lo que restringirlos a actividades que correspondan solamente a sus aparentes particularidades puede perjudicar su progreso. Esto es especialmente cierto para estudiantes más pequeños en escuelas primarias cuyas preferencias y estrategias de aprendizaje son aún muy flexibles.
Etiquetar a los alumnos como un tipo particular de estudiante, puede minar su creencia en que pueden tener éxito a través de su esfuerzo, así como proporcionarles una excusa para su fracaso.
Parece ser más prometedor centrarse en otros aspectos de la motivación para involucrar a los estudiantes en actividades de aprendizaje.
Ciertamente parece ser beneficioso tener diferentes representaciones de las ideas al desarrollar la comprensión, pero esto no demuestra que los estudiantes individuales tienen un estilo de aprendizaje.
¿Cómo está animando a los estudiantes a asumir la responsabilidad de identificar cómo pueden tener éxito en su aprendizaje y desarrollar sus propios métodos y estrategias exitosas?
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(*)Síntesis elaborada por SUMMA a partir de la revisión sistemática de investigaciones académicas realizadas en la región.